Populismo y ciudadanía
Todos los temas presentados y debatidos hasta ahora han favorecido la comprensión de la ciudadanía y el desarrollo del conocimiento sobre su importancia como acción que debe ejercer activamente todo ciudadano que pertenezca a una comunidad regional, nacional o internacional. Sin embargo, uno de los objetivos más relevantes e infrautilizados de la ciudadanía es que, al promover la unidad y la aceptación de los demás miembros de la comunidad, puede utilizarse como herramienta para evitar dejar a sus miembros al alcance de los populistas.
Movimientos populistas en Europa
Este caso de uso es significativo en la actualidad, ya que en los últimos años se ha producido un aumento considerable de los movimientos populistas en toda Europa. Estos movimientos se distinguen por su rechazo al establishment político y su apelación a los problemas de los ciudadanos de a pie. Los partidos populistas han crecido en popularidad en toda Europa, con Alternativa para Alemania (AfD), el Movimiento Cinco Estrellas en Italia y el Frente Nacional en Francia, entre otros, logrando importantes victorias en las últimas elecciones. Se ha culpado a multitud de factores del desarrollo del populismo, como la disparidad económica, la inmigración y el descontento con la UE.15
Aunque las ideologías y las plataformas políticas de los movimientos populistas varían, a menudo comparten características como un líder fuerte, la desconfianza en las élites y el énfasis en la identidad nacional. El populismo se asocia a menudo con sentimientos antisistema, nacionalismo y oposición a la globalización. Estos movimientos han adquirido una enorme fuerza entre quienes creen que el sistema político les margina y que sus opiniones no son escuchadas. Las consecuencias del auge del populismo en Europa son de gran alcance y han desatado el debate sobre el futuro democrático de la región15
Ciudadanía y competencias ciudadanas como escudo protector
La ciudadanía, los valores cívicos y el crecimiento del conocimiento político pueden ser, por tanto, un arma útil para desafiar y disipar el conflicto “pueblo contra élite” que suele apoyar a los movimientos populistas. Los individuos pueden conocer mejor los entresijos de la sociedad moderna y las instituciones que la gobiernan, alimentando una comprensión más profunda de los papeles que desempeñan los diversos actores en la determinación de los resultados políticos. Esto puede ayudar a refutar la narrativa simplista de los populistas, que opone un “pueblo” homogéneo a una “élite” maliciosa y se esfuerza por deslegitimar las instituciones y los valores de las sociedades democráticas. La ciudadanía y las competencias ciudadanas como escudo frente al discurso populista.16
Según investigaciones, la educación y la participación cívica son variables fundamentales para crear una comprensión más sofisticada de las cuestiones políticas y fomentar el apoyo a las instituciones democráticas. Las personas pueden desarrollar las habilidades y los conocimientos necesarios para participar de manera significativa en el proceso político y tomar decisiones informadas sobre cuestiones que afectan a sus vidas a través de iniciativas que promuevan la ciudadanía activa, como programas de educación de los votantes, foros cívicos y proyectos de participación comunitaria. La educación para la ciudadanía puede actuar así como un potente antídoto contra la retórica populista, fomentando una mayor comprensión de los complejos problemas a los que se enfrentan los países modernos y promoviendo una cultura política más inclusiva y democrática. 16
La ciudadanía es una noción multidimensional que incorpora una amplia gama de capacidades, conocimientos y actitudes necesarios para participar activamente en la sociedad. La ciudadanía requiere una amplia gama de habilidades, desde la capacidad de votar y participar en el discurso político hasta la comprensión de las diferencias culturales y la colaboración con los demás. Podemos crear un sentimiento de comunidad y pertenencia a la vez que enseñamos principios democráticos fundamentales como el respeto, la empatía y la tolerancia fomentando la educación cívica. Además, la educación cívica puede ayudar en la lucha contra el populismo proporcionando a las personas el pensamiento crítico y la capacidad de análisis necesarios para distinguir entre hechos y opiniones, así como para reconocer la propaganda y la manipulación.
En general, la educación para la ciudadanía es fundamental para establecer una democracia fuerte y duradera. Contribuye al desarrollo de ciudadanos informados e implicados que comprenden sus derechos y deberes y están preparados para contribuir positivamente a sus comunidades y a la sociedad. La educación para la ciudadanía puede promover una sociedad que valore la diversidad, la tolerancia y el respeto mutuo, y que esté preparada para afrontar los complejos retos del mundo moderno inculcando un sentido del deber social y fomentando la participación activa. En consecuencia, la educación para la ciudadanía no es sólo una herramienta de apoyo a la democracia, sino también un componente necesario para construir una sociedad pacífica y próspera.