¿Qué significa ser ciudadano?
¿Hasta qué punto están familiarizados y se sienten cómodos los europeos con el concepto de ciudadanía? Dado que las actitudes y la concienciación pueden diferir enormemente entre naciones y poblaciones, es difícil generalizar sobre el grado de familiaridad y comodidad de los europeos con la idea de ciudadanía. No obstante, los estudios han revelado que los habitantes de los países europeos suelen estar relativamente familiarizados con la idea de ciudadanía y los derechos y obligaciones que conlleva. Por ejemplo, en el Eurobarómetro 88 estándar de la Comisión Europea (2017) se afirma que “Siete de cada diez europeos se sienten ciudadanos de la UE y es la primera vez desde la primavera de 2010 que este indicador alcanza el umbral del 70%” (p.34).5
A pesar de estos datos, ¿cuántas veces al día, a la semana o incluso durante un mes reflexionan y piensan los ciudadanos sobre el papel que desempeñan dentro de algo más grande que uno mismo, la comunidad y la nación a la que pertenecen y contribuyen? En la mayoría de los casos y usos cotidianos, la noción de ciudadanía a la que se suele hacer referencia meramente desde la perspectiva jurídica de la ciudadanía moderna puede dividirse en dos categorías principales: la ciudadanía por derecho de nacimiento (o ius soli) y la ciudadanía adquirida (o naturalizada). Esta última puede obtenerse mediante el matrimonio con un ciudadano o un proceso de naturalización que implica el cumplimiento de ciertos requisitos legales, como la residencia, el dominio del idioma y la superación de exámenes de ciudadanía. Este sentido legal también marca el punto de partida de la ciudadanía tradicional y política que asegura el derecho al voto, el derecho a trabajar y vivir en el país, el acceso a los servicios sociales y la protección ante la ley.
Ciudadanía como pertenencia
Sin embargo, desde una perspectiva social, la ciudadanía implica un sentimiento de pertenencia y apego a una comunidad o nación concreta. Puede abarcar aspectos culturales, sociales y emocionales que conforman la identidad de un individuo y su conexión con un colectivo más amplio. Puede incluir compartir valores comunes, tradiciones, lengua y participar en la vida cultural de la comunidad.
Ciudadanía como forma de participación
La ciudadanía debe implicar también el sentido del deber de participar en el proceso democrático y hacer uso del propio derecho a expresar opiniones, participar en actividades políticas e influir en la toma de decisiones. Esto puede incluir el derecho a votar en las elecciones, participar en actividades cívicas y en organizaciones de la sociedad civil, así como defender cuestiones de interés público. La participación activa en el proceso político suele considerarse un aspecto fundamental de la ciudadanía, ya que permite a los ciudadanos tener voz en la configuración de las políticas y decisiones que afectan a sus vidas.
Es importante señalar que el significado de ciudadanía puede variar según los países y las sociedades, y puede estar determinado por contextos históricos, culturales y políticos. El concepto de ciudadanía sigue evolucionando y debatiéndose, con continuos debates sobre la inclusión, la igualdad y las responsabilidades y derechos de los ciudadanos en las sociedades modernas.