¿Conoce usted también esta situación?
Estás conversando con un vecino, un colega, un conocido del club deportivo… y de repente la conversación se torna política: sale a relucir el apoyo a los refugiados, la integración de los inmigrantes, las decisiones del Gobierno, las cuestiones de diversidad u otros temas. La persona con la que hablas tiene una opinión claramente populista, pero te falta la respuesta adecuada. Estás descontento, descontenta con tu falta de agudeza de ingenio y tu falta de conocimientos, sobre todo cuando se trata de desplantes y discursos brutos, simplificadores y populistas.
Cuando nos encontramos, oímos o somos testigos del populismo, muchos de nosotros nos sentimos indefensos ante un discurso en el que la verdad y los hechos desempeñan un papel subordinado y se culpa de problemas políticos complejos a las minorías y se ofrecen soluciones aparentemente sencillas sin ninguna prueba. Pero, ¿cómo reaccionamos ante tales consignas en el día a día, en la comunidad, en los grupos de iguales?
Nuestro objetivo es dotarle de los conocimientos y habilidades necesarios para adoptar una postura contraria a los eslóganes y discursos populistas en situaciones públicas.
Cuándo intervenir y cuándo no intervenir
Desgraciadamente, dialogar con los populistas rara vez consigue disuadirles de sus opiniones. Por lo tanto, es posible que se cuestione el valor de entablar este tipo de debates. Sin embargo, es crucial reconocer la importancia de la intervención, sobre todo en situaciones públicas en las que hay múltiples oyentes presentes.
Comunicación y retórica: algunas estrategias
Discutir con populistas es todo un reto, la experiencia ha demostrado que no suelen estar interesados en un debate genuino ni en argumentos racionales, sino que están muy convencidos de que su opinión es la única verdad, quieren expresar su descontento y quizá también provocar. Veamos algunas estrategias que ayudan en las discusiones.
Ayuda a la argumentación – algunos escenarios
En una época en la que la retórica populista se nutre a menudo de apelaciones emocionales y soluciones simplistas, es crucial emplear ayudas efectivas a la argumentación para contrarrestar su influencia. Así que pongámonos manos a la obra y veamos cómo entablar un diálogo constructivo y defender los valores de la democracia.