Qué tiene que aprender Europa de España

Como si de un evento astronómico único se tratara, cada cuatro años , y después de varios meses gestándose, ocurre el día perfecto para salir a pasear: el día de las elecciones.

Las calles suelen estar más vacías de lo habitual, los transeúntes parecen tener establecido el recorrido, de casa al colegio electoral y del colegio electoral a casa. En cualquier otro día, es sencillo observar la forma de andar de determinadas personas, que caminan como si el mundo les perteneciera. Salta fácilmente a la vista que, sobre todo, son hombres blancos de mediana edad, y no puede ser de otra forma, si la configuración de la sociedad está creada a su medida. Pero, el día de las elecciones, las calles no son de nadie, aún.

Este domingo se planteaba como decisivo tanto para el futuro Español como el Europeo. Se palpaba en el aire el miedo a que la extrema derecha entrara en el Gobierno por primera vez desde que el país volvió a la democracia, sobretodo en el aire de los barrios universitarios y aquellos adornados con banderas LGTBIQ+ y feministas.

En los barrios humildes, los bares estaban llenos de personas que por su vestimenta, parecían volver de trabajar (un domingo), compartiendo sus opiniones a gritos, entre sorbos constantes de cerveza, se podía escuchar:

“Yo votaré al otro (VOX), estoy harto de todos los políticos” -Vox se postuló como la alternativa a la “élite bipartidista” PP-PSOE español-

“Yo votaré a VOX porque soy español”  – proveniente de un chico que apenas debía tener la mayoría de edad.

La estrategia de desmarcarse de “los poderosos”-así es como VOX denomina a los otros partidos políticos- de proclamar que la ciudadanía es bombardeada por parte de la izquierda con datos manipulados, de clasificar de adoctrinamiento las leyes LGTBI, de las cuales España es pionera, y potenciar los sentimientos de frustración y agotamiento para después paliarlos con la mágica solución, que es el patriotismo, parece haber calado hondo en el sector de la sociedad que sería el primero en sufrir sus políticas restrictivas. Es esencial tener al rebaño distraído poniendo el grito al cielo por la defensa de su nación mientras ellos la destruyen. 

El interesante paseo finalizó al iniciarse el escrutinio. Todo apuntaba a que después de una gran acción- que han sido grandes avances sociales relevantes- habría una gran reacción por parte de la sociedad afín a la derecha y extrema derecha ultraconservadora, y así ha sucedido, en parte.

La derecha, el Partido Popular (PP) ha ganado en la mayor parte del país, sin opción clara a gobernar por la insuficiencia de escaños, aún con el apoyo de la ultraderecha de VOX, que ha perdido mucho en representación. Lo que propicia una coalición de todos los partidos de izquierdas del país, que reúnen los escaños suficientes para gobernar, evitando retroceder décadas en materia de derechos humanos.

La caída de Vox frenó el preocupante avance de la extrema derecha en Europa. El escenario político aún es incierto, pero lo que podemos decir es que la extrema derecha, en su mejor momento en casi toda Europa, en España pierde votos y escaños.

Sí, en España nos gusta el Sol, la paella y la sangría, pero lo que más nos gusta, es que haya sitio en la mesa para todos.


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